Rocas y acantilados siguen poblados de pequeñas familias de gaviotas.
Algunos adultos, liberados de la tarea de la cría, se ven más relajados, y es fácil obtener unos primeros planos.
Cerca de mi posición, presencio una escena muy frecuente: un adulto se acerca al lugar donde descansa el polluelo de otra gaviota, lo que inmediatamente provoca una agresión y expulsión del intruso.
A la derecha de la imagen vemos el intruso. El polluelo instintivamente ha adoptado la posición de camuflaje.
El progenitor al cuidado del pequeño salta inmediatamente hacia el intruso.
El intruso parece sorprendido del ataque
La acción es contundente y expeditiva. No es bien recibido y se lo hace saber
La pelea dura unos breves segundos
Sin contemplaciones, es expulsado
Y se marcha en busca de un lugar más tranquilo.
El polluelo, que ha presenciado toda la escena, continúa agazapado esperando el regreso de su madre (o padre, no lo sé)
La escena finaliza con el reencuentro familiar.
También son muy frecuentes, por desgracia, las intrusiones humanas en estos lugares de cría.
La reacción de las gaviotas normalmente se traduce en vuelos picados y rasantes para intentar ahuyentar a los invasores, y en dar fuertes graznidos a modo de alarma.
Se acerca el final del día y de la temporada de cría. En pocas semanas todos estos polluelos serán totalmente adultos.
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