Con un teleobjetivo fijo de 400 mm y enfoque manual, me aventuré a obtener algunas fotos que testimonian toda la actividad de la colonia de gaviotas.
Muchas gaviotas me observan con curiosidad cuando me acerco para hacer las fotografías. Algunas son descaradas y me permiten una proximidad inusual.
Los adultos buscan las mejores atalayas desde las que vigilar y controlar a los nerviosos polluelos.
Los polluelos se reúnen en improvisadas guarderías, tanto en el mar, como en los peñascos, y los adultos cuidan de estos grupos lanzando sus fuertes graznidos.
En esta serie de fotografías, podemos apreciar los ensayos de vuelo de uno de los polluelos.
Las gaviotas son muy activas en el cuidado de sus pequeños, y son frecuentes las peleas entre adultos.
A última hora de la mañana me coloqué en una posición de la muralla que no le gustó a una de las gaviotas, que seguramente tendría a su polluelo no muy lejos, y sus esfuerzos por echarme de allí fueron continuos y muy insistentes, como puede verse en esta serie de fotos.
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